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La factoría Disney ha dado un gran paso en aras de la integración de la comunidad negra al crear por primera vez en su historia, un papel protagonista para una princesa de color.

Algunos se empeñan en destacar la coincidencia de la aparición de esta película, con el ascenso de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos. Pero lo cierto es que, como explicó Ron Clements, director y guionista junto a John Musker, el proyecto se presentó  a la compañía en marzo de 2006, cuando Obama aún era el senador por el estado de Illinois. La idea era hacer una versión de la tradicional historia de “El príncipe rana” de los hermanos Grimm transformándolo en “un cuento de hadas estadounidense, situado en los años 20 en Nueva Orleans, como un musical", agregó Clements. De ahí que tuviera sentido que la heroína fuera de origen afroamericano. Además, ambos cineastas reconocen que cuando lo idearon, en un principio, “ninguno de los dos se percató del “significado cultural” que tenía esta nueva historia, “y cuán importante es para una parte de la población que ha estado esperado por mucho, mucho tiempo”.

Esta barrera antirracista ya se había comenzado a superar en otras películas de la empresa gracias a otros miembros de la realeza disney, como la china Mulán, la árabe Jazmín o la indígena Pocahontas. Sin embargo y sorprendentemente, la población negra hasta ahora, no tenía representante en este mundo de fantasía. Pero a pesar de las buenas intenciones, el proyecto no estuvo exento de polémica.


En sus inicios, la controversia la generó los primeros borradores del guión en los que la princesa se llamaba Maddy, abreviatura de Madeleine, y trabajaba como criada para una familia blanca, características que algunos relacionaron con el pasado y la esclavitud. Finalmente, se replantearon el personaje que pasó a ser Tiana, una de las heroínas más “fuertes” hasta la fecha de Disney según apunta el director creativo de los estudios Walt Disney, John Lasseter. Se trata de una joven camarera y chef talentosa cuyo sueño es ser propietaria de un restaurante. Pero su vida cambia al besar a una rana y transformarse en una de ellas, por lo que comienza un viaje para encontrar la cura – otra novedad respecto al relato original-.          

“Hemos trabajado de cerca con muchos líderes de la comunidad afroamericana, de todo el país, para asegurarnos de que estamos haciendo algo de lo que se sientan orgullosas las familias afroamericanas", reconoció Lasseter al periódico The Washington Post. Y aún siendo así, han recibido duras críticas por parte de expertos en  aspectos raciales y étnicos del cine estadounidense como la catedrática de Cine y Medios de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Allyson Nadia Field.


“Estados Unidos necesita una princesa negra”, declaró Field a BBC Mundo, “pero no sé si Tiana sea esta princesa que necesitamos, porque ella es una representación problemática de una princesa negra”. Field se basa en que, en su opinión, la película ignora las leyes de segregación racial que existían en EE.UU. en los años 20 y “esa era una época en la que uno no puede situar a un personaje negro sin hacer referencia al significado político histórico”.


La académica tampoco considera que el Barrio Francés de Nueva Orleáns y las ciénagas de Louisiana sea el escenario más idóneo para la película puesto que dicho emplazamiento le parece “una insidiosa referencia a (el huracán de 2005) Katrina”. En sus propias palabras, recogidas por BBC Mundo: “la cinta parece trazar un vínculo entre la fantasía y la realidad sobre "Katrina y el sentimiento de culpabilidad de los blancos liberales sobre la forma en que (la devastación causada por el huracán) fue manejada y el hecho de que 2.000 personas murieron y que la ciudad aún necesita ser reconstruida”.

El hecho de que su pareja en el film, el príncipe Naveen, no sea negro, ha molestado, asimismo, en algunos círculos aunque representantes famosos de este colectivo como Melanie Brown, ex integrante del grupo Spice Girls, lo defienden diciendo: "Yo no veo el problema. Deberíamos aplaudir las relaciones interraciales y tener una mentalidad más abierta".

Polémicas a parte, lo que es indudable es que Disney sienta con esta nueva película un precedente y un camino a seguir, en cuanto a películas infantiles se refiere, en múltiples sentidos. En primer lugar, transmitiendo un mensaje de integración social y tolerancia hacia lo/los diferente/s. Y por otra parte,  Tiana es un tipo de princesa diferente al que los cuentos tradicionales nos tienen acostumbrados. Ella no está en situación de dependencia de nadie ni esperando a que llegue alguien que le cambie la vida. Por el contrario, tiene una visión, un plan de futuro y todas las herramientas a su alcance para forjarse por si misma su propio destino.


Afortunadamente, aparecen síntomas de cambio en la perpetuación de los patrones y concepciones patriarcales que criticaba hace un mes en otro de mis artículos (http://latertuliadelasmusas-mial.blogspot.com/search/label/Princesas). Pero no lancemos campanas al vuelo porque habrá que ver si otros cunden con el ejemplo.  

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Desde hace unos meses el Ayuntamiento de Madrid está llevando a cabo obras de mejora en el entorno de la Plaza de las Cortes. Esto es algo nada inusual en la capital española, como bien saben conductores y peatones que sufren,  permanentemente y en diferentes zonas al unísono, los numerosos trabajos de mejorara de carreteras, peatonalización de calles, construcciones de túneles para descongestionar el tráfico o de estaciones de metro, etc. Como dijo aquel famoso actor de Hollywood, cuyo nombre en este instante no recuerdo: “Madrid es una ciudad muy bonita pero lo será aún más cuando dejen de buscar el tesoro”. El actor no iba tan mal encaminado…


Precisamente, lo extraordinario es que sin el expreso propósito de buscar ese tesoro muchas veces se halla: gracias a estas obras se está descubriendo de manera azarosa un Madrid oculto de incalculable valor arqueológico. De este modo, se encontraron las murallas árabes del siglo XI, junto a la cripta de la Catedral de la Almudena; los más de 5000 restos paleontológicos de hace 14 millones de años en la estación de metro Carpetana; La Iglesia del Buen Suceso, bajo la Puerta del Sol; y los cuantiosos hallazgos de la M-30, entre otros muchos.

El último y fascinante descubrimiento ha tenido lugar esta semana frente al edificio madrileño del Congreso de los Diputados, en la Carrera de San Jerónimo. Bajo el pedestal de la efigie del universal escritor Miguel de Cervantes, la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid extrajo un cofre de plomo sellado herméticamente.


Durante varios días se especuló con que contuviera elementos conmemorativos de la inauguración del propio palacio del Congreso, dada la proximidad entre el grupo escultórico y el hemiciclo (unos 30 metros en línea recta) o bien, retuviera algunos materiales vinculados al propio escritor cuyo cadáver, por cierto, desapareció en el siglo XIX aunque se cree con cierto fundamento documental que se encuentra en algún lugar del recinto conventual de las Trinitarias, un cenobio situado en el barrio de las Letras, a medio kilómetro aproximadamente de la estatua.

Por fin está tarde el misterio ha sido resuelto por el Museo Arqueológico Regional (MAR) de Alcalá de Henares y el contenido de esta “cápsula del tiempo” no es menos sorprendente de lo que se esperaba. Según informa la Agencia EFE, la urna albergaba cuatro tomos de El Quijote del año 1819, un ejemplar del Estatuto Real para las Cortes del Reino de 1834, ediciones de la Gaceta de Madrid (actual BOE), un Diario de Aviso de Madrid de ese mismo año, un libro calendario manual y guías de forasteros, editado en la Imprenta Real; una biografía del General Mina, guerrillero español que luchó en la guerra de la Independencia y fue fusilado en 1817 en México; un manuscrito, algo más deteriorado; un libro sobre la vida de Cervantes y ocho paquetes pequeños, que probablemente sean monedas de ese periodo.


La colección se completaba con dos libros más, junto a seis láminas de 1831 con retratos de Isabel II de niña y de Manuel Martínez Varela, el mecenas que financió la colocación de la estatua de Cervantes, que da la casualidad de que fue la primera dedicada a un personaje civil que se instaló en Madrid.

 “Todos estos documentos se hallaban en perfecto estado de conservación” expusieron los técnicos del MAR “gracias a que dentro del primer cofre había otra caja de vidrio, y a un producto químico tóxico con que se impregnaron los papeles para prevenirlos del posible desarrollo de insectos y microorganismos”.

Parece ser que el entierro de este tipo de objetos responde a una práctica común en la época, dado que se conoce que bajo la estatua de Isabel II, ubicada en Opera, se encuentra una caja similar, que no ha sido extraída. Esta otra “cápsula del tiempo” contiene varias monedas, diarios de la época y una copia del acta de la ceremonia de la instauración de la estatua, entre otros objetos.


¿Habrá más cofres bajo los otros muchos monumentos que se hallan en la capital? ¿Habrá alguna bajo el Quijote y Sancho Panza de la Plaza de España? ¿Y bajo los veinte reyes godos que decoran la de la Plaza de Oriente frente al Palacio Real? ¿O bajo la escultura ecuestre de Felipe III en la Plaza Mayor?


¿Cuántos más tesoros estarán escondidos en el subsuelo madrileño?


Es un enigma digno de un nuevo best-seller de novela histórica. Que tome nota Dan Brown, o en su defecto algún novelista patrio. Desde luego, tiene el éxito asegurado.
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Hasta la próxima primavera de 2010, el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York rendirá un especial homenaje al genial director Tim Burton con una enorme y fascinante retrospectiva de su obra cinematográfica y literaria.


Las terroríficas fauces de un gran monstruo, propio de la mitología del director, nos sumergen y consiguen que nos evadamos en el maravilloso universo de este mago del cine que es Tim Burton. De este modo, entramos en la atractiva exposición, titulada sencillamente Tim Burton - dado que no necesita mayor presentación- donde se reúnen más de 700 dibujos, fotografías, storyboards, muñecos y artefactos, muchos de ellos sacados de estudios y colecciones privadas de sus colaboradores. Además de la proyección de toda su filmografía, la muestra incluye también material de proyectos nunca trasladados a la pantalla, pósters de sus películas de todo el mundo y creaciones como su colección de figuras. 

La cronología de este viaje de fantasía por el imaginario de Burton arranca concretamente en 1971, cuando siendo  adolescente filmó La Isla del Dr. Agor y Houdini, sus dos primeros cortometrajes con un grupo de amigos en el jardín trasero. Tiempo después  trabajaría varios años en la factoría Disney, al darse la casualidad de que nació y creció en la misma ciudad donde Walt Disney erigió la sede de su empresa de animación. Una vez acabó su vinculación con la compañía comenzaría a pincelar su gran universo creativo reflejado en sus 12 obras maestras entre las que destacan Eduardo Manostijeras, Big Fish o Sweeney Todd.


Tal es la trascendencia y magnitud de esta seductora exhibición que se han reservado cuatro plantas del MoMA  para realizar la mayor retrospectiva que este museo ha dedicado jamás a un cineasta en su historia. Por ello, cuando se lo propusieron al director de cine, Burton pensó que se trataba de "una elaborada broma". Sin embargo, cuando comprobó que no lo era, no dudo en abrir sus cajones para desempolvar todo el material amontonado a lo largo de sus cerca de treinta años de carrera. Como reconoció a la prensa hay gran parte de este que ni siquiera él recordaba por lo que mucho de lo que podrá encontrarse en el museo es totalmente inédito. Ron Magliozzi, uno de los comisarios de la muestra destacó: “No hay otro cineasta vivo con la reputación y el nivel de logros de Tim Burton cuya obra completa haya estado tan escondida de la vista pública, y ver tanto material previamente inaccesible en el contexto de un museo debería impulsar una renovada comprensión y una nueva apreciación de este admirado artista”.

Este regalo único para los numerosos incondicionales del original director permanecerá en el MoMa hasta el 26 de abril del 2010, y sirve para ir abriendo boca hasta el estreno de su próxima película, una revisión de Alicia en el País de las Maravillas.


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Este mundo no está hecho para los disidentes, es decir, para aquellos trasgresores que quieren ir contra corriente ofreciendo su  propia opinión única y personal a aquellos que tengan a bien leerla o escucharla. Desde luego, que no. En la actualidad eso no es posible porque siempre se impone la masa sobre los valores individuales. Se busca la creación de un pensamiento único y homogéneo, eliminando y debilitando así las voces discordantes. Casi siempre prevalece el consenso sobre los rasgos esenciales del orden social y aquellos que luchan por los ideales individuales se les hace creer que están solos y se intenta, por todos los medios, hacerles volver al “redil”, o por el contrario sufrirá la dura exclusión social.

Qué importa que absolutamente todas las constituciones y declaraciones de derechos universales reconozcan como derechos fundamentales el de la libertad de expresión de opiniones, ideas, creencias… Eso da lo mismo porque si quieres exponer tu propio pensamiento ante los demás serás censurado o cuanto menos criticado, especialmente si opinas en contra de su posición.

A esto debemos añadir que como sostiene Asunción Bernárdez Rodal en La publicidad como contrato comunicativo, “los juicios estéticos tienen una particularidad: la relación axiológicos  entre el gusto y el disgusto no son simétricas”. Es decir,  quien dice “esto no me gusta” aparece como “cargado de razón”, más legitimado que el que dice “me gusta”. De otro modo, el que admira algo coloca a ese algo en un estadio superior, mientras que el que lo desprecia, lo sitúa en un orden inferior. Por lo tanto, cuando dos personas disienten en cuanto al criterio estético frente a un objeto, la que desprecia se sitúa en un nivel superior. Esto también podría trasladarse a la concepción de que si la masa o “rebaño desconcertado”, que decía Chomsky, tiene una opinión determinada, al ser la de la mayoría esta es la cobra “el peso de la razón” frente a la de los individuales.

Entonces,¿Para qué buscarnos problemas? Mejor guardemos nuestros pensamientos para nosotros mismos. Autocensurémosnos porque en esta sociedad no hay cabida para el diálogo, para la confrontación de opiniones. Por supuesto que no porque el debate se confunde con el combate, y la exposición de nuestras ideas se interpretará como ataques personales contra aquel que difiere de nosotros.


Solamente hay lugar para el consenso. Por lo tanto, si la mayoría cree que esa película o ese libro es maravilloso, deberá serlo; si considera que este presidente del gobierno es el más indicado, pues lo será; si todos piensan que debemos tirarnos por un puente, pues tirémonos. No seré yo quién exprese que a mi la película me aburrió, o que a mí personalmente me gustaba ese otro presidente. No lo diré porque es más fácil callar y asentir. Uno se busca menos complicaciones así. Si a tu grupo de amigos le gusta llevar el pelo azul, tíñetelo tú también aunque no te siente del todo bien. Si la gente se va de vacaciones a la playa, da igual que tú prefieras ir a la montaña. Ante todo tenemos que estar integrados en el grupo, en la sociedad, cumpla o no tus expectativas.

Lo siento mucho sociedad pero yo no puedo, ni he podido nunca actuar de ese modo. Yo diré lo que ronda por mi mente guste o no. Eso sí, siempre con justificación y pleno conocimiento de aquello que critico (positiva o negativamente), porque solo así podré sustentar mis afirmaciones.  Y es que la opinión requiere también una responsabilidad. No es hablar por hablar, ni fruto de un impulso o emoción. No, es algo más trascendente que requiere ciertas dosis de valor, sobre todo cuando, a la vista está, no se puede hacer hoy en día en plena libertad.  Por eso, me encantaría que tú que me lees te sintieras libre, que pensaras por ti mismo y me dijeras qué crees con total y completa libertad. No seré yo quien te censure. Pero, ¿me censurarás tú a mí?
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Desde el inicio de los tiempos, la sociedad ha recurrido a los cuentos para tratar de inculcar los valores y principios fundamentales de la cultura en los niños.  Sin embargo,  la perspectiva desde de la que se explican estas historias está plagada de contenidos sexistas. De este modo, se ha difundido a un público indefenso como son los niños, y de generación en generación,  mensajes de carácter ético y moral que han provocado daños probablemente irreparables, especialmente, en lo que se refiere al rol femenino en nuestra sociedad. El problema es que en la actualidad algunos de los nuevos discursos literarios que más triunfan entre los adolescentes, pero también entre los niños, lejos de subsanar estos conflictos vienen a reproducirlos e incluso a reforzarlos aún más. Tal es el caso del fenómeno literario-cinematográfico Crepúsculo.


Sylvia Puentes de Oyenard en su libro “De Cenicienta a la Moza Tejedora: la mujer en los cuentos infantiles” analiza diferentes cuentos clásicos de la literatura infantil como son los de Hans Christian Andersen, los hermanos Grimm o Charles Perrault, con figuras femeninas como protagonistas llegando a la conclusión de que pese a los diferentes destinos, siempre se muestra el mandato de que la mujer debe ser virtuosa, moral, sumisa y vivir para hacer el bien.


En esta misma línea, Eugenia Tarzibachi habla, en su artículo “Con ese cuento a otra parte”, del éxito de los cuentos de princesas entre las niñas de todas las épocas, incluida en la actual, como demuestra “el rosa chicle que vemos en los escaparates de las jugueterías o en locales de ropa para niñas generalmente se acompaña de la imagen de las princesas (en versión Disney)”. Ella considera que a través de las narraciones tradicionales sobre princesas se nos señalan unos patrones de conducta femenina recurrentes: Las protagonistas de las historias son bellas, dulces, dóciles y dependientes; un rasgo de pasividad funciona como hilo conductor que enlaza estos relatos. Además de los rasgos mencionados, “se reitera la idea de la recepción del beso, el casamiento y su asociación con la imagen idealizada, permanente y aconflictiva, de la felicidad”.


En estas historias existen dos tipos de mujeres diferenciadas: unas son jóvenes bellas en posición de ser-para-otro (esto es, se definen por ser esposa, criada, hija…Nunca por ellas mismas); y las otras son mujeres feas, malvadas y crueles pero que también se encuentran en dependencia de un hombre o de la aprobación de la mirada del otro (Eugenia Tarzibachi pone como ejemplo, la metáfora de la pregunta al espejo de la madrastra de Blancanieves).


Pero, ¿por qué siempre tienen que ser guapas las princesas? ¿Se hace una criba de “mujeres imperfectas” no aptas para ser princesas? ¿O es que en la sangre azul hay algún tipo de componente genético que hace que siempre salgan bellísimas?  ¿Y por qué son tan cobardes y poco independientes que tienen que esperar a que venga el príncipe de turno a que las salve? Y esa es otra, ¿Por qué siempre están en apuros y necesitan ser salvadas de brujas, dragones, ogros, madrastras, etc.?


Precisamente, Eugenia Tarzibachi destaca este hecho: “Además de la pasividad, la dependencia femenina se escurre en las diferentes historias. Mujeres desgraciadas que son tuteladas (por sus padres ¡y hasta por los enanitos!) o que necesitan ser protegidas, rescatadas por los hombres. En estas narrativas pareciera que la exogamia se logra para las mujeres mediante el amor romántico y la institución familiar”. Pareciera que la mujer sin amparo masculino no podría sobrevivir, por ello: “antes casada, aunque sea con una bestia, que quedarme solterona”, menos mal  que como premio por fijarse en la belleza interior, (¡¡Tachán!!), la bestia o la rana se convierten, como no, en príncipe... (Menudo refuerzo positivo).


Cabría pensar que en el pleno siglo XXI, se ha producido un gran cambio en el ámbito de los principios morales y éticos. Pero si analizamos nuestro modelo de pensar veremos que aún no hemos superado esta barrera. Es más, aún hoy en día sigue imperando el mismo discurso que veíamos en los cuentos infantiles en novelas actuales como el boom de la saga para adolescentes Crepúsculo. 



Los fans de esta tetralogía, llevada también al cine (incrementando consecuentemente su éxito), o inclusive, los medios de comunicación divulgan la idea de que estos libros reflejan una gran historia de amor entre una adolescente y un vampiro. Sin embargo, si profundizamos más en la novela, nos damos cuenta de que el mensaje esencial que transmite se encuentra en directa relación con los valores negativos, y ciertamente machistas, que difundían las narraciones tradicionales que comentábamos.


La protagonista de Crepúsculo, Bella Swan, es una adolescente de 16 años flacucha, vulgar, introvertida, tranquila y dócil. Bella, presenta tan alarmante falta de autoestima y se quiere tan poco así misma, que está obsesionada con que “es tan poca cosa” que no se explica cómo un “adonis” como el vampiro de sus deseos, Edward Cullen, se enamore de ella.


Otro aspecto que comparte con los cuentos de princesas es que se encuentra en situación de total dependencia masculina. Muestra de ello es que vive por y para su enamorado, hasta el punto de que si él la abandona, no tiene reparos en tratar de suicidarse.  Tampoco le importaría tener que marcharse sin despedirse de su familia, amigos, en definitiva, abandonar toda su vida para poder pasar la eternidad bajo la protección de su amado, incluso cuando ello implique la conversión vampírica. Y por supuesto, como buena princesa, constantemente necesita ser salvada de las situaciones más peligrosas. Y si su vampiro no puede socorrerla… ¡no hay problema! porque allí está su mejor amigo el hombre lobo o su padre para ayudarla.  


Con este mensaje que se sigue transmitiendo a la humanidad, ¿podremos las mujeres ir a “otra parte”, como expone Eugenia Tarzibachi? ¿Podremos superar estas concepciones patriarcales y lograr una verdadera igualdad de sexos? ¿O estamos condenadas a perpetuar los mismos patrones sociales?

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Parabéns e muitas felicidades Río de Janeiro! Finalmente la ciudad brasileña ha sido la escogida para albergar los Juegos Olímpicos en 2016 arrebatando el título en las últimas votaciones a Madrid.

Madrid casi roza la victoria pero la corazonada de los madrileños al final no se pudo cumplir. A pesar de que realizó una gran presentación que terminó colocándola entre las grandes favoritas, contaba con más del 70% de las facilidades deportivas construidas y lo que es aún más trascendental, el apoyo del 86 % de los ciudadanos que ahora se ven solemnemente decepcionados, esta vez, no pudo ser.

Pese a nuestra evidente desilusión debemos reconocer que no sólo los brasileños sino toda Sudamérica se merecen acoger las Olimpiadas. Como señaló Pelé en la presentación de Río la celebración por primera vez en el continente de unos Juegos Olímpicos suponen un cese a una aparente discriminación al Cono Sur. En la misma línea, al borde de las lágrimas, el presidente brasileño Lula da Silva dijo: “era necesario que un país del tercer mundo pudiese albergar unas olimpiadas, para que aquellas personas que a veces se sienten de segunda clase, que no se quieren dar importancia sepan que son como el resto del mundo”. El país carioca puede estar feliz porque en apenas dos años de diferencia tendrán un Mundial de Fútbol en 2014 y los JJ OO en 2016.


En esta ocasión, el dicho de “a la tercera va la vencida” no se consumó para la península pero seguro que sí será a la cuarta: en 2020, Madrid -que ya está totalmente preparada- batirá a las posibles candidatas como París, Roma o Moscú y cumplirá su sueño olímpico de celebrar por primera vez en su historia la competición. Mientras tanto acogeremos en España el Mundial de Baloncesto de 2014 y lucharemos para que nos concedan el Mundial de Fútbol de 2018 junto a Portugal.
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Mañana por fin se decidirá en Copenhague cuál será la ciudad afortunada que albergará los Juegos Olímpicos en 2016.


De momento, la candidatura de Chicago es la más aclamada pero nunca se sabe. No debemos olvidar que cuando se celebró la elección para la Olimpiada de 2012, Madrid obtuvo la segunda nota más alta (un 8,3) en el informe del Comité Olímpico Internacional, sólo por detrás de París. Sin embargo, en el día clave en Singapur Londres le arrebató los Juegos. Las causas: la confusión del delegado griego del Comité COI en la tercera ronda de votaciones –según otro miembro del COI, presionó el botón equivocado y dio un voto a París en vez de a la capital española-, junto a un comentario muy poco afortunado del príncipe Alberto de Mónaco sobre las amenazas terroristas sobre Madrid – debemos recordar que al día siguiente de la adjudicación a Londres se produjeron allí los atentados de 7 de julio-. Por lo tanto, todo está a manos de la suerte y hasta el final no se puede dar nada por hecho.


En el día de hoy, la delegación española tendrá que convencer a los miembros del COI de que Madrid con su “mano olímpica” es la mejor candidata. La comitiva está formada por los Reyes, una importante representación política encabezada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky y el presidente del COE, Alejandro Blanco. Conjuntamente, viajaron a la capital danesa numerosos deportistas españoles como la atleta Marta Domínguez, la nadadora Gemma Mengual, la jugadora de baloncesto Amaya Valdemoro, la paralímpica Gemma Hassen-Bay, el futbolista Raúl, el atleta Fermín Cacho y el ciclista Miguel Indurain, entre otros muchos.


Precisamente, la calidad excepcional de nuestros deportistas es uno de nuestros grandes reclamos. Cabe mencionar a la selección española de Baloncesto, flamante ganadora del Campeonato de Europa; al número uno del tenis, Rafa Nadal; la selección española de fútbol; los ciclistas, Alberto Contador y Carlos Sastre, ganadores del tour de Francia en 2009 y 2008 respectivamente; El equipo español de natación sincronizada que logró la medalla de plata en los Mundiales de Roma de 2009, etc. Además, se señalan como puntos a nuestro favor el excelente clima, la preparación de Madrid-muchas de las instalaciones están ya construidas o en proceso-, el hecho de que es una ciudad que está acostumbrada a la acogida masiva de turismo y su gran gastronomía.


No obstante, el mayor activo de Madrid 2016 es el gran apoyo popular que ha recibido la candidatura. En la favorita, Chicago, en cambio se produjeron protestas contra su postulación olímpica, y una reciente encuesta publicada por el Chicago Tribune muestra que un contundente 75 por ciento de los ciudadanos se opone a que se destine dinero de las arcas públicas a financiar los Juegos. La razón es que consideran que la inversión financiera podría ser mejor utilizada en clínicas de salud, escuelas y otros proyectos.


En la península la situación es absolutamente la opuesta, el apoyo es unánime. Y no sólo por parte de los madrileños sino de España entera. Como muestra, el pasado fin de semana más de medio millón de personas se concentraron en la plaza de Cibeles equipados con gorras, pancartas, calcomanías, pegatinas, globos y camisetas con el logo de la candidatura madrileña para demostrar al mundo entero y sobre todo al COI su “corazonada”, es decir, el apoyo a un Madrid deseoso de albergar los Juegos Olímpicos de 2016. Entre los gritos de “nos lo merecemos” y del slogan “Tengo una corazonada”, uno de los participantes declaraba: “Tenemos que acabar con el hecho de que Madrid sea la única gran capital europea que no ha logrado celebrar unos Juegos Olímpicos. Ahora sí estamos preparados”.


La incertidumbre acabará mañana. Esperemos que la “corazonada” nacional se cumpla y podamos por fin decir: “Hola everyone” en los primera Olimpiada de la historia de Madrid, las segundas de España.
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¿Qué ocurre si juntamos jóvenes inmaduros a una ingesta de alcohol desmedida? ¿Y si añadimos una multitud de gente inesperada y claramente inaudita –según datos oficiales jamás antes se había formado tal aglomeración en el lugar- , que se encuentra, además, concentrada en un espacio insuficiente? Aún hay más, porque completamos este cóctel explosivo con falta de divertimento –la discoteca móvil, por primer año, se había trasladado a un recinto que resultaba demasiado pequeño aún antes del desbordamiento imprevisto del que antes hablábamos. Reunimos todas estas variables y le sumamos una carencia de recursos policiales y el resultado es la ya conocida como LA BATALLA CAMPAL DE POZUELO.


En los últimos días, se ha hablado muchísimo, en exceso diría yo, en los medios de comunicación sobre este incidente. Desde luego, ha sido una situación de gran gravedad pero al pasar por la mira de la prensa todo ha tomada una dimensión desproporcionada. Es más, tras haber analizado con perspectiva los hechos y haber obtenido información tanto de testigos civiles como de fuentes policiales podría decir que se ha exagerado y dramatizado hasta límites insospechados. Todo se ha desquiciado y se ha aprovechado de la situación hasta convertir un incidente aislado en todo un debate sobre la juventud, la educación y el botellón.


¿Por qué ahora pone la sociedad el grito en el cielo si esto no es una novedad?, como nos han recordado en los medios ya en otros lugares de España había ocurrido hechos similares. ¿A qué viene tanto revuelo?


Tal vez tenga que ver el hecho de que esta rebelión no se ha producido entre inmigrantes pertenecientes a bandas organizadas o grupos antisistema, o los que suelen provocar este tipo de disturbios. En esta ocasión se ha producido en el pueblo- en realidad es una ciudad- más rico de España, en el que existe una mayor concentración de “niños de papá” por metro cuadrado. Pero una cosa hay que dejar claro, aunque en los medios no lo hagan. Como testigos del acontecimiento me han podido confirmar los implicados no pertenecían al pueblo, esto es a Pozuelo Pueblo, al centro de Pozuelo que celebraba sus fiestas sino que procedían de otras zonas, aquellas en donde se hallan los pisos de 100 millones de las antiguas pesetas, los chalets de lujo, etc. Algunos apuntaban que ni siquiera eran de allí sino que eran jóvenes de fuera del municipio y esto vendría a confirmarse con la declaración del alcalde que afirma que solo dos de los veinte detenidos eran pertenecientes a Pozuelo. Tendríamos que comprobar si este año no han coincidido estas fiestas populares con las de otras localidades que podríamos llamar “más conflictivas”. Pero como no lo he podido constatar no señalaré a cuáles me refiero.


Lo que sí puede afirmar es que la prensa no está siendo muy correcta. En primer lugar, los grandes disturbios se produjeron más allá de las cinco de la madrugada por lo tanto, los enfrentamientos, ciertamente, no duraron tantas horas –mis fuentes me han confirmado que pasaron sobre esas horas por la calle de la “batalla campal” y no vieron ni incendios ni barricadas-. Por otra parte, la forma de relatar el supuesto asalto a la Comisaría de Policía…¡¡Ni que fuera la toma de la Bastilla!! ¡No exageremos que las cosas no fueron tan así! Sin embargo, lo que ningún medio de comunicación cuenta es que la Policía Nacional de Pozuelo pidió a Madrid refuerzos en previsión de lo que pudiera ocurrir en las celebraciones mucho antes de que sospecharan si quiera el fatal desenlace. Y ¿qué le contestaron? “No creemos necesario enviar agentes porque en esas Fiestas no suele ocurrir nada”. Luego, sucedió lo que todos sabemos cuando en Pozuelo sólo había una quincena de policías. Pero claro, de esto no se puede informar en los medios porque sería meterse en “camisas de once varas”….


Desde luego, no quiero justificar ni estoy a favor de la que los medios han venido a denominar “la pijo borroka” pero sólo quería aclarar que no hay que dejarse llevar sólo por la impresión que transmiten los medios. Las cosas son más complejas y tienen dimensiones más amplias que son necesarias conocer antes de poder opinar.
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En este momento en que la oferta cinematográfica resulta bastante pésima y cada vez es más difícil encontrar una buena película en la cartelera, se consolida con más fuerza que nunca un género que algunos vienen a considerar ya como el Noveno Arte por encima de “otros candidatos como el cómic (aunque éste ya parece haberse quedado con la denominación de "noveno arte"), la radio (que ya no tiene nada que ver con las maravillas que se hacían en las ondas antes de que la televisión "acabara" con ella) o desde luego, los vídeojuegos”. Nos referimos a las series de televisión que sin ser obviamente una nueva invención -El 15 de agosto de 1932 la CBS norteamericana transmitió la primera serie de televisión del mundo llamada Revista Mundial- nunca antes en su historia habían alcanzado las dimensiones actuales hasta el punto de casi sustituir al Cine.

Las razones de su creciente importancia pueden hallarse, entre otras muchas, en los nuevos estilos de vida de nuestra sociedad. Debido a nuestro ritmo de vida plagado de responsabilidades profesionales y personales el tiempo que tenemos para dedicar al ocio se reduce considerablemente, y esto es una ventaja de la que se han sabido aprovechar las series cuya duración no suele sobrepasar la hora. Mientras tanto, y de manera inexplicable, las películas son cada vez más largas cuando a menudo esto no está ni siquiera al servicio de la trama.
Por otro lado, ante la crisis económica que atravesamos las familias no pueden permitirse pagar una entrada que cada vez es más cara- el precio de los tickets supera ya ¡!los 6 euros!!- . La televisión, en cambio, permite ver las series de manera gratuita aunque si realmente quieres ver una buena serie tienes que o bien esperar un tiempo hasta que las canales convencionales las emitan- afortunadamente algunas cadenas como Cuatro apuestan por las buenas series-, o si la impaciencia te puede, abonarte a las plataformas de televisión digitales. No obstante, si no puedes permitírtelo siempre podrás acudir a Internet…

Las nuevas tecnologías han sido sin lugar a duda el verdadero motor de las series de televisión logrando su popularización. Gracias a los diferentes programas de descarga gratuitos y fáciles de usar el acceso a las series se ha democratizado casi totalmente y por fin podemos disfrutarlas en todas partes del mundo sin la hasta ahora horrible espera.

 
La tendencia es a importar series extranjeras que en su mayor parte proceden del mundo anglosajón, con EE.UU. a la cabeza. Su atractivo se halla en que las hay para todos los gustos: las policiales como 24, Prisión Break o CSI; las históricas como los Tudor o Roma; los dibujos animados de los Simpsons, Futuraza o Padre de Familia; las fantásticas como Supernatural o Perdidos; las juveniles de Gossip Girl o One Tree Hill, por nombrar alguna de las que se han convertido en verdaderos fenómenos sociales.
Muestra de este fenómeno son las miles y miles de páginas web, foros, etc. que se dedican a este género. Como señala el periodista y escritor Hernán Casciari en su blog al hablar de Perdidos: “Quién lo iba a decir: la muerte del cine reinventa y mejora al cine. El cine es soledad, esto en cambio es “vivir juntos”, no es “morir solos”. Salir disparado a los foros después de un episodio, para reformular teorías. Hacer revisionismo”.

Este es el verdadero poder de las grandes series; imitando la vieja fórmula de las novelas de folletines, te enganchan y se vuelven realmente adictivas. Su fuerza es tal que consiguen monopolizar las conversaciones en la calle, en los bares, en las reuniones de amistades…

¿Estaremos ante el génesis de un nuevo tipo de arte o no es más que una moda pasajera como tantas otras? No lo sé. Lo que es innegable es que algunos productos televisivos alcanzan tal calidad cinematográfica -con todo lo que ello comporta- que bien podrían considerarse auténticas piezas de arte a la altura de obras maestras clásicas del Cine.
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El Newseum es un museo en el que los visitantes podrán disfrutar de una experiencia interactiva con la que descubrir el pasado y presente de los medios de comunicación, así como las tendencias futuras en este ámbito. En tan sólo un año –fue inaugurado el 11 de abril de 2008- el Newseum ha logrado convertirse en uno de los favoritos de los turistas de Washington DC y es visita obligada para periodistas y todos aquellos interesados en el mundo del periodismo.

Está situado en un impresionante edificio de arquitectura contemporánea a medio camino entre la Casa Blanca y el Capitolio y atesora quinientos años de periodismo: 35.000 primeras páginas de periódicos históricos a lo largo de 500 años; 3.800 imágenes, incluidas fotos, historietas y gráficos; 1.638 pases de prensa y 1.000 primeras páginas de periódicos históricos y revistas, accesibles a través de 10 stands interactivos.

El director ejecutivo del Newseum, Joe Urschel, explicó en su apertura a la Agencia EFE que el objetivo de este museo es “ayudar a la gente a entender mejor el papel de una prensa libre”. Como muestra de su misión, una enorme placa de 50 toneladas de mármol Tennessee en su fachada reproduce el texto de la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que defiende la libertad de prensa, expresión y religión, así como el derecho de reunión. Y no se duda en recordar a los visitantes que la guerra civil estadounidense (1861-1865) fue la primera ocasión en la que un gran número de reporteros independientes cubrió la misma historia. Como explica EFE en su artículo, dentro del museo también queda claro el mensaje: “Las noticias son necesarias para que la democracia funcione”, apunta una de las leyendas inscritas en el interior de la construcción que incluye 14 salas de exhibiciones, librerías, tiendas, 25 teatros, restaurantes, monumentos a los mártires del periodismo en el mundo y exhibiciones didácticas donde se divulgan las noticias del mundo junto a las portadas diarias de 51 países de todos los continentes. Los diarios españoles presentes en Newseum son: Diario de Burgos, El Mundo, El País, La Vanguardia, Público, El Punt (Barcelona), Avui (Barcelona), El punt (Tarragona) y Granada Hoy.

La pieza más antigua en exhibición tiene 3.262 años y es una piedra con escritura cuneiforme. Sin embargo, las piezas más abundantes en el museo son documentos pertenecientes a la historia de los Estados Unidos: desde fotografías del famoso caso de espionaje político conocido como Watergate, que destapó el diario The Washington Post y que costó la presidencia a Richard Nixon; hasta otros recortes de periódicos y crónicas televisivas que dan cuenta de eventos más recientes, como los atentados del 11 de septiembre del 2001.

Precisamente, en la exposición hallamos los restos de la antena de comunicaciones que coronaba las Torres Gemelas y que en su momento llegó a ser el punto más alto de Nueva York. Ahora, por el contrario, es un retorcido trozo de acero y un triste recuerdo de la tragedia del 11-S. “A su alrededor, un soporte circular blanco reproduce los boletines urgentes que las agencias de noticias internacionales enviaron ese día relatando lo ocurrido, entre ellos uno que se mandó pasadas las 10.00 de la mañana locales cuando se desplomó la torre sobre la que se erguía la derruida antena” informa EFE.

Así mismo, “hay espacio para la autocrítica, al dejar constancia de errores, plagios, coberturas tendenciosas y otros pecados de la profesión” y el museo mira también al futuro en su sala de periodismo digital, en la que se muestra el imparable avance de las nuevas tecnologías y su profundo efecto sobre el ciclo informativo.

No obstante, no cabe duda de que una de las mayores atracciones para los visitantes son los sets de Televisión, radio y prensa donde pueden jugar a ser reporteros por unos momentos así como grabar videos, audios e imprimir. Tampoco podemos olvidar las interesantes exposiciones temporales que se celebran para conmemorar aniversarios históricos tales como la llegada del hombre a la luna, o actos especiales relacionados con grandes eventos informativos como por ejemplo las elecciones norteamericanas.
Por último, no hay museo que se precie que no tenga su propia tienda de regalos y el Newseum no podía ser menos. Entre los curiosos objetos que se pueden comprar destacaría los documentos históricos como las copias de la Declaración de Independencia, la Bill of Rights o la portada del NY Tribune anunciando el hundimiento del Titanic. Sin embargo, lo más vendido del museo son las no menos originales tazas y camisetas con leyendas tan “periodísticas” como las siguientes: “Trust me…I´m a reporter”, “Not tonight dear…I’m on deadline” o “Boys lie, evidence doesn’t”.

Para aquellos que no pueden visitar in situ el museo informarles de que puede ser visitado virtualmente desde su sitio oficial http://www.newseum.org//.
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Cuando en el otoño de 1942, la joven Traudl Junge fue elegida para trabajar como secretaria privada de Adolf Hitler poco podía sospechar lo que esta circunstancia supondría.
Traudl, que se manifestaba apolítica, recuerda en el documental La Secretaria de Hitler. En el Ángulo Muerto que su primer encuentro con el Führer fue muy tranquilo y que él se mostró amable y paternalista: “Siempre tuvo una actitud paternal hacia mí. Yo, que no tuve padre (sus padres se divorciaron cuando ella era pequeña), nunca había sentido algo parecido. Era seguridad y protección” explicaba la secretaria. Esto hizo que, como ella misma señala, tardara en madurar al adaptarse tan bien bajo esa figura paternal. “Cuando me contrató, sólo me hizo una observación. Me dijo que yo era muy bonita, y que las mujeres bonitas se casaban muy rápidamente y renunciaban a sus trabajos. Me hizo una broma y me dijo que me convenía afearme “como una negra”, que me deformara los labios. Pero yo le dije que no debía preocuparse. Que en mis 22 años de vida jamás había conocido un hombre, y que así continuaría. Y él se rió mucho cuando me escuchó. ¿Cómo fui capaz de decir algo así?”. Con esta anécdota, la señora Junge pretende dar muestras de la inocencia de una muchacha sumisa que siempre se mantuvo al margen de los proyectos megalómanos y de la criminalidad del dictador: “Nunca tuve sensación de que Adolf Hitler persiguiera objetivos criminales. Para él eran ideales”.


La secretaria personal, que estuvo en contacto casi diario con él durante tres años, hasta el suicidio del dictador alemán en el búnker, sólo reconoce al amable caballero que hablaba en voz baja y que poco se ajustaba a la figura vociferante de su imagen pública. De este modo, en el documental se nos traza a través de las palabras de la mujer un perfil de Hitler hasta ahora desconocido que no tiene prácticamente nada que ver con el genocida que ahora todos conocemos. En las imágenes vemos a una anciana que mira el pasado y se siente culpable por haber trabajado para un hombre que ella admiraba tanto y por aceptar tan irreflexivamente todo. Traudl tiene claro que Hitler era un criminal aunque ella dentro de su “ceguera”, su indiferencia o su desprotección, antes comentada, no se diera cuenta. El testimonio de Traudl nos hace pensar que muchos de los que trabajaban para Hitler carecían de la información sobre lo que realmente ocurría, aunque sin embargo, ésta no era imposible de conocerse. Es más, la secretaria asegura que pudo haberse enterado de muchas cosas, pero que no lo hizo. Por esta razón, si bien cuenta su historia personal, de alguna manera, la secretaria de Hitler sugiere también a los otros, y no sólo a la población alemana de la época o a su propia generación, sino a todos los hombres y mujeres, a su peligrosa apatía, su inconsciencia y su comodidad que es la causa de que no se cuestionen las situaciones y las acepten sin más, como si fueran ajenas a sus personas: ¿está dispuesto el hombre a observar, reflexionar y tratar de comprender la realidad que se muestra ante sus ojos?

El desconocimiento por parte de Traudl, achacado a su supuesta ingenuidad, le conduce al sentimiento de culpa ahora que ya conoce la verdad. “A medida que envejezco, más culpable me siento. No ignoro nada de lo que ocurrió, la muerte de seis millones de judíos, el exterminio de gente de otras confesiones e ideas. He leído mucho, y no puedo perdonarle a esa joven que fui haber aceptado ese trabajo. Yo pude haberlo rechazado, pero no lo hice. Hitler fue un absoluto criminal” apostilló Trauld.

Con declaraciones de tal rotundidad y fuerza, no se hace extraño que el rasgo distintivo de este documental sea su pronunciado rechazo a cualquier clase de intervención sobre el testimonio de Traudl Junge. No se muestran ni reconstrucciones del pasado, ni tomas reales en blanco y negro de aquel momento histórico, ni siquiera se han aprovechado fotografías del álbum personal de la testigo que parecieran restar monotonía y enriquecer el discurso. Tampoco se usa ningún tipo de música, sonido o imagen relacionada con el Führer. En este caso, todos esos recursos se hacen innecesarios. La cámara se limita a mostrar a la mujer sentada en una silla relatando desde sus comienzos el trabajo de secretaria de Hitler hasta los caóticos momentos finales del régimen, porque la verdadera fuerza del documental reside en el relato. Por ello, bastan los primeros planos de un rostro, una voz anciana, marcada por una experiencia singular y terrible y sobre todo, la voluntad de aventurarse en la memoria para rememorar la propia conducta, “exorcizar los fantasmas de la culpa y exponer ese proceso a la mirada de los otros” como apuntan los directores de este poderoso y conmovedor documento histórico ante el que nos encontramos.

Como vemos, Traudl se muestra incapaz de perdonar a esa joven que una vez fue y que bien por candidez, bien por ignorancia, la llevaron a venerar a Hitler. Pero al mismo tiempo, trata de justificarse ante la audiencia y explicar el por qué de sus actos siempre mirando fijamente al objetivo de la cámara, sin ocultar la mirada. En sus ojos podemos ver la plasmación de su sentimiento de dolor, la tristeza o la misma impotencia que a medida que avanza la película se va traduciendo en alivio y en la búsqueda de la complicidad del interlocutor en miras de alcanzar su ansiada redención. Pero el perdón, que ya no tanto deseaba Junge, sino que realmente necesitaba, no se hallaba en los demás, sino en ella misma como demuestra un último mensaje suyo a los realizadores del documental poco antes de morir: “Creo que ahora estoy empezando a perdonarme”. Únicamente, una vez se hubo librado de esta pesada carga que arrastró en silencio durante tantos años, pudo descansar en paz.
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El instinto visionario de Rupert Murdoch, que tan buenos resultados le ha proporcionado, a juzgar por la magnitud de la industria de los medios de comunicación que ha logrado forjar, le ha hecho centrar sus miras en la que podría ser la nueva apuesta de futuro periodística: la información económica. La mejor muestra de ello es la adquisición, en 2007, de uno de los periódicos económicos con más peso y más influyentes a nivel mundial, The Wall Street Journal.

En el mes de mayo de 2007, Rupert Murdoch lanzó una oferta a la compañía Dow Jones, valorada en 5.000 millones de dólares (3.700 millones de euros). Esto suscitaría la crítica de uno de sus principales accionistas por considerar que, de prosperar, dañaría la independencia editorial del grupo, como ya había ocurrido con anterioridad en prestigiosos diarios como el periódico con más tirada del mundo, News of the Worlds, The New York Post o, el periódico de calidad, prácticamente desde sus orígenes, que leen los más altos dirigentes y agentes de la política, la sociedad y la economía, The Times. Al mismo tiempo, el accionista, James Ottaway, acusó al Consejero delegado de News Corporation de utilizar su imperio mediático para fortalecer su capacidad de influencia política y personal.

Efectivamente, es de sobra conocido el fuerte vínculo que se establece entre el presidente de News Corporation y la política. “Murdoch es un adicto al poder, le encanta relacionarse con la gente poderosa. Por ello, se hizo amigo de alcaldes, presidentes, ministros…” reconoce uno de sus mejores amigos en el documental ¿Quién teme a Rupert Murdoch? Más concretamente, Rupert es considerado como un defensor de la ideología conservadora en la política de Occidente. Sus medios de comunicación suelen mantener posiciones “euroescépticas”, “anti-francesas”, en favor de Israel y de EEUU. “Mis empresas comerciales no son tan importantes para mí como extender mis creencias políticas”, dijo Murdoch en una entrevista de The Hollywood Reporter. “Quizás sea porque tiene una gran habilidad para cultivar políticos o porque consigue a los más ingeniosos y crueles periodistas para poner presión sobre ellos” como indica Antonio Maqueda en El Economista, pero el caso es que ha conseguido que muchos grandes políticos necesiten su respaldo para lograr su ascenso al poder. No obstante, una vez concede su apoyo, Murdoch no tarda mucho en pedir algo a cambio. Un claro ejemplo de ello fue cuando en 1986, la prensa de Murdoch apoyó a Margaret Thatcher durante el escándalo de la compañía Westland, y aprovechándose del “favor que le debía” el Gobierno británico, Murdoch lanzó el “guante” a los sindicatos en Reino Unido. Otro ejemplo de cómo su ideología impregna sus medios es el hecho de que Murdoch se manifestara claramente a favor de la guerra en Irak haciendo que todos sus periódicos también, y no ocultó el por qué: “Lo mejor que podría salir de esta guerra para la economía mundial sería un barril de petróleo a 20 dólares, mayor que ninguna rebaja fiscal”, explicó Murdoch, en la revista australiana The Bulletin. Por ello, los republicanos estadounidenses son los grandes beneficiados por las tendencias de Murdoch. “Aparte de sus donaciones, su canal de noticias, Foxnews, ha inclinado la balanza a favor de los conservadores, registrando grandes audiencias con una cobertura abiertamente populista y de derechas. Como muestra, Murdoch avaló públicamente a Bush tanto en 2000 y 2004” recoge El Economista.



La razón por la que se une a los políticos es que Murdoch alinea sus intereses con aquellos que puedan favorecer sus negocios, a veces, incluso con los demócratas, pero no sólo persigue la obtención de mejoras económicas sino que quiere también otro tipo de beneficios: sociales, políticos… Es un gran oportunista, y capta lo que necesita el público. El propio Murdoch no duda en reconocer que lo que él mismo busca es entretener a la audiencia y no le importa si para ello tiene que bajar la calidad periodística y ofrecer mayores dosis de amarillismo o diversificarse hacia el sector del entretenimiento, por ejemplo, comprando los equipos de baloncesto Los Ángeles Lakers y New York Knight. Según el gran magnate, hay que “producir mejores periódicos, esto es, periódicos que la gente quiera leer. Dejar de escribir artículos para ganar Premios Pulitzer. En conclusión, darle a la gente lo que quiere leer y hacérselo interesante”.

En la consecución de ese objetivo, para él los negocios son igual a las guerras y ganar es lo que cuenta. Lo único que le interesa son las cantidades, las ventas y no hacer un periodismo mejor y de mayor calidad aunque él por el contrario, reconozca que “las noticias, comunicar informaciones e ideas son mi pasión. Y dar a la gente opciones para que tengan dos periódicos para leer y más de un canal de televisión”. Esto explica que no parara en su empeño hasta que finalmente, pese a los intentos de bloqueo de la oferta por parte de Christopher Bancroft (miembro de la familia que poseía el 64% de los votos de los accionistas) y aunque los propios periodistas del célebre diario se manifestaron en contra de esta compra, en agosto de 2007, News Corporation se hizo con The Wall Street Journal y es más, a finales de año, se hace con la anterior editora del periódico, Dow Jones. “Murdoch siempre arriesga, nunca va a lo seguro y generalmente gana” afirman fuentes cercanas al empresario.

Estas adquisiciones venían a añadirse al portal financiero Factiva que News Corporation había comprado recientemente a Reuters y, no debemos olvidar que Dow Jones es propietaria también de la Web financiera MarketWatch con lo que se refuerza su estrategia de consolidación en el periodismo económico. Pero la idea de Murdoch para su Imperio era aún más ambiciosa, porque en ese mismo año lanzaría una cadena de televisión especializada en información económica y financiera, usando la plataforma de Fox News, que compite con CNBC y Bloomberg y que recibe el nombre de Fox Bussiness Network.

“El mundo está cambiando de manera muy rápida. Sin embargo, el grande no se comerá al pequeño sino que será el más rápido el que se impondrá sobre el lento” señala Rupert Murdoch. Por esta razón, no duda en situarse a la vanguardia de sus competidores para tratar de superar una de las mayores crisis de la historia de la prensa en EE.UU. A pesar de las fuertes pérdidas que ha tenido News Corporation, que provocarán importantes recortes de personal en su Imperio (inclusive dentro de The Wall Street Journal, aunque sea el único diario que ha conseguido aumentar su tirada en EE.UU.), Murdoch ha reiterado que él tiene fe en los periódicos. Opina que “nunca ha habido un mayor apetito de noticias”, reconoce que puede que incluso tengan suerte de no tener tanta competencia y recuerda que con “cada recesión, mayor o menor, hemos sobrevivido al pánico y hemos salido fortalecidos”.

Algunos analistas de prensa no san tan optimistas dado que creen ver la posición de Murdoch como rey de los medios en declive. Muestra de ello es que el sistema de televisión vía satélite que ha reunido en veinte años de duro trabajo podría venirse abajo en breve como consecuencia de intentos de otras compañías de competir fuertemente contra él, e incluso de arrebatarle a Murdoch importantes porcentajes dentro de su propia empresa como por ejemplo John Malone, multimillonario de la industria de la televisión por cable.

Al mismo tiempo, “los analistas de Wall Street -como indica Rik Kirkland en su artículo para Foreign Policy- no comparten la visión que tiene la opinión pública del enorme poder de Murdoch”. A principios de mes informó el cierre de su primer semestre fiscal con una pérdida neta de 5.902 millones de dólares, incluidos cargos extraordinarios, frente a una ganancia de 1.564 millones en igual periodo del ejercicio anterior. Si las pérdidas de News Corporation siguen incrementándose, Rupert pronto podría ser “el más poderoso coloso de los medios de ayer” como expresa Kirkland. Pero allegados al “gran visionario” reconocen que aún tiene muchos “ases guardados en la manga” por lo que habremos de esperar al futuro para ver si el dominio informativo e influencia de Rupert Murdoch se mantendrá otras veinte décadas más o si por el contrario, con una nueva generación de la familia Murdoch vendrá la caída de este gran Imperio comunicacional que bien seguro “creará escuela”.
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Todo empezó en el pequeño pueblo mexicano de La Gloria. El pequeño Édgar, de tan sólo cinco años, fue la primera víctima. Ahora el virus se ha perfeccionado y ha mejorado su capacidad de transmitirse persona a persona traspasando las fronteras. Toda la humanidad está en peligro. Es muy tarde, ya no puedes esconderte. La pandemia está en marcha.



Si leyéramos este párrafo en la prensa, lo primero que pensaríamos es que estamos hablando de la nueva película de terror de Hollywood: “¡Puff!, Otra imitación al más puro estilo de Resident Evil o ¿tal vez es la última secuela de 28 días después? Pero en realidad nos hallamos ante una prueba más de que la realidad supera con creces a la ficción. Levanto la vista y miro el nombre de la sección del periódico: no es Cultura ni Espectáculos, es Salud. Entonces, no se trata de ninguna película, ¡es una noticia! No teníamos suficiente con estar sufriendo la mayor crisis económica de la historia sino que también tenemos que vivir en alerta máxima ante otra amenaza, en este caso, biológica. Y es que las desgracias nunca vienen solas.

Las causas desencadenantes de la enfermedad en su país de origen, México, aún se desconocen. Las informaciones son bastante contradictorias. Se considera que la “zona cero”, desde la que se propagó la epidemia, es una granja del Estado de Veracruz. Sin embargo, el Gobierno mexicano ha declarado que analizó la población porcina y todos los cerdos estaban sanos. Otro misterio sin resolver para la colección. Pero eso sí, ahora que el daño ya esta hecho y que el virus no para de hacer visitas a lo largo y ancho del mundo tenemos que alertar a los ciudadanos. Ya sabéis, compañeros periodistas, nada de asustar a la gente, hay que mantener la calma. Que parezca que no hay por qué alarmarse. Procurad evitar los titulares sensacionalistas y las declaraciones que pudieran provocar el pánico. No vaya a ser que provoquemos aglomeraciones de hipocondríacos que han visto demasiados capítulos de House, en las farmacias y hospitales.

Me pregunto, ¿en que partes del globo terráqueo hay algún caso de esta gripe? Enciendo la televisión -por cambiar de medio-, y parece que los contagiados se hallan principalmente, en México, EE.UU. y en Europa. No me convence, así que vuelvo a mirar el periódico, esta vez en la red, y encuentro un mapa del virus. ¡Sorpresa! También hay focos en prácticamente todos los países de América del Sur y Central, en Sudáfrica, en Tailandia, Australia… Estos profesionales de la televisión…Mira que olvidarse de estas zonas… ¿Qué ocurre con el resto del mundo? ¿No hay apenas ningún caso en África ni en Asía? ¿Qué raro, no? Y luego, la OMS dice que “de los millones de muertos que provocaría el virus, el 96% estarían en países pobres”. Por favor, ¿Podría ser más precisa? ¿Qué países son esos? No es por nada. Sólo era para ver, si por casualidad, podríamos prevenirlo enviando algunas vacunas. Bueno, pensándolo bien, mejor no enviamos nada. No vaya a ser que nos quedemos nosotros sin protección para nuestra población nacional, que he oído que en las farmacias se nos están acabando los antivirales y las mascarillas.

¿Por qué se muestra la gente tan aprensiva? No lo entiendo, si en los medios de comunicación no se dice casi nada de esta pandemia. No nos han contado ninguna vez que en México han cerrado todo a cal y canto; que Obama está pensando en clausurar las clases; que algunos países se están planteando el cerrar las fronteras; qué ya nadie quiere viajar a México, etc. ¡No! No nos están asustando al hablarnos las 24 horas del día del tema en un tono de lo más alarmista. No nos da la sensación de que se acerca el fin del mundo. ¡Qué va!

Se me ocurre otra duda existencial: si ya no hay constancia de que nadie se haya contagiado por mantenerse en contacto con cerdos, sino únicamente entre las personas, ¿no deberíamos empezar a llamarlo virus de la gripe humana como señalaba la OMS? ¿Qué pasa, que nos da tanto miedo que seamos nosotros los portadores que preferimos culpar al pobre animal?

Desde luego, el 2009 se ha ganado con creces el ser un año que dará más de un capítulo a los libros de historia. Sino, tiempo al tiempo, que aún estamos en abril.