MIAL
El instinto visionario de Rupert Murdoch, que tan buenos resultados le ha proporcionado, a juzgar por la magnitud de la industria de los medios de comunicación que ha logrado forjar, le ha hecho centrar sus miras en la que podría ser la nueva apuesta de futuro periodística: la información económica. La mejor muestra de ello es la adquisición, en 2007, de uno de los periódicos económicos con más peso y más influyentes a nivel mundial, The Wall Street Journal.

En el mes de mayo de 2007, Rupert Murdoch lanzó una oferta a la compañía Dow Jones, valorada en 5.000 millones de dólares (3.700 millones de euros). Esto suscitaría la crítica de uno de sus principales accionistas por considerar que, de prosperar, dañaría la independencia editorial del grupo, como ya había ocurrido con anterioridad en prestigiosos diarios como el periódico con más tirada del mundo, News of the Worlds, The New York Post o, el periódico de calidad, prácticamente desde sus orígenes, que leen los más altos dirigentes y agentes de la política, la sociedad y la economía, The Times. Al mismo tiempo, el accionista, James Ottaway, acusó al Consejero delegado de News Corporation de utilizar su imperio mediático para fortalecer su capacidad de influencia política y personal.

Efectivamente, es de sobra conocido el fuerte vínculo que se establece entre el presidente de News Corporation y la política. “Murdoch es un adicto al poder, le encanta relacionarse con la gente poderosa. Por ello, se hizo amigo de alcaldes, presidentes, ministros…” reconoce uno de sus mejores amigos en el documental ¿Quién teme a Rupert Murdoch? Más concretamente, Rupert es considerado como un defensor de la ideología conservadora en la política de Occidente. Sus medios de comunicación suelen mantener posiciones “euroescépticas”, “anti-francesas”, en favor de Israel y de EEUU. “Mis empresas comerciales no son tan importantes para mí como extender mis creencias políticas”, dijo Murdoch en una entrevista de The Hollywood Reporter. “Quizás sea porque tiene una gran habilidad para cultivar políticos o porque consigue a los más ingeniosos y crueles periodistas para poner presión sobre ellos” como indica Antonio Maqueda en El Economista, pero el caso es que ha conseguido que muchos grandes políticos necesiten su respaldo para lograr su ascenso al poder. No obstante, una vez concede su apoyo, Murdoch no tarda mucho en pedir algo a cambio. Un claro ejemplo de ello fue cuando en 1986, la prensa de Murdoch apoyó a Margaret Thatcher durante el escándalo de la compañía Westland, y aprovechándose del “favor que le debía” el Gobierno británico, Murdoch lanzó el “guante” a los sindicatos en Reino Unido. Otro ejemplo de cómo su ideología impregna sus medios es el hecho de que Murdoch se manifestara claramente a favor de la guerra en Irak haciendo que todos sus periódicos también, y no ocultó el por qué: “Lo mejor que podría salir de esta guerra para la economía mundial sería un barril de petróleo a 20 dólares, mayor que ninguna rebaja fiscal”, explicó Murdoch, en la revista australiana The Bulletin. Por ello, los republicanos estadounidenses son los grandes beneficiados por las tendencias de Murdoch. “Aparte de sus donaciones, su canal de noticias, Foxnews, ha inclinado la balanza a favor de los conservadores, registrando grandes audiencias con una cobertura abiertamente populista y de derechas. Como muestra, Murdoch avaló públicamente a Bush tanto en 2000 y 2004” recoge El Economista.



La razón por la que se une a los políticos es que Murdoch alinea sus intereses con aquellos que puedan favorecer sus negocios, a veces, incluso con los demócratas, pero no sólo persigue la obtención de mejoras económicas sino que quiere también otro tipo de beneficios: sociales, políticos… Es un gran oportunista, y capta lo que necesita el público. El propio Murdoch no duda en reconocer que lo que él mismo busca es entretener a la audiencia y no le importa si para ello tiene que bajar la calidad periodística y ofrecer mayores dosis de amarillismo o diversificarse hacia el sector del entretenimiento, por ejemplo, comprando los equipos de baloncesto Los Ángeles Lakers y New York Knight. Según el gran magnate, hay que “producir mejores periódicos, esto es, periódicos que la gente quiera leer. Dejar de escribir artículos para ganar Premios Pulitzer. En conclusión, darle a la gente lo que quiere leer y hacérselo interesante”.

En la consecución de ese objetivo, para él los negocios son igual a las guerras y ganar es lo que cuenta. Lo único que le interesa son las cantidades, las ventas y no hacer un periodismo mejor y de mayor calidad aunque él por el contrario, reconozca que “las noticias, comunicar informaciones e ideas son mi pasión. Y dar a la gente opciones para que tengan dos periódicos para leer y más de un canal de televisión”. Esto explica que no parara en su empeño hasta que finalmente, pese a los intentos de bloqueo de la oferta por parte de Christopher Bancroft (miembro de la familia que poseía el 64% de los votos de los accionistas) y aunque los propios periodistas del célebre diario se manifestaron en contra de esta compra, en agosto de 2007, News Corporation se hizo con The Wall Street Journal y es más, a finales de año, se hace con la anterior editora del periódico, Dow Jones. “Murdoch siempre arriesga, nunca va a lo seguro y generalmente gana” afirman fuentes cercanas al empresario.

Estas adquisiciones venían a añadirse al portal financiero Factiva que News Corporation había comprado recientemente a Reuters y, no debemos olvidar que Dow Jones es propietaria también de la Web financiera MarketWatch con lo que se refuerza su estrategia de consolidación en el periodismo económico. Pero la idea de Murdoch para su Imperio era aún más ambiciosa, porque en ese mismo año lanzaría una cadena de televisión especializada en información económica y financiera, usando la plataforma de Fox News, que compite con CNBC y Bloomberg y que recibe el nombre de Fox Bussiness Network.

“El mundo está cambiando de manera muy rápida. Sin embargo, el grande no se comerá al pequeño sino que será el más rápido el que se impondrá sobre el lento” señala Rupert Murdoch. Por esta razón, no duda en situarse a la vanguardia de sus competidores para tratar de superar una de las mayores crisis de la historia de la prensa en EE.UU. A pesar de las fuertes pérdidas que ha tenido News Corporation, que provocarán importantes recortes de personal en su Imperio (inclusive dentro de The Wall Street Journal, aunque sea el único diario que ha conseguido aumentar su tirada en EE.UU.), Murdoch ha reiterado que él tiene fe en los periódicos. Opina que “nunca ha habido un mayor apetito de noticias”, reconoce que puede que incluso tengan suerte de no tener tanta competencia y recuerda que con “cada recesión, mayor o menor, hemos sobrevivido al pánico y hemos salido fortalecidos”.

Algunos analistas de prensa no san tan optimistas dado que creen ver la posición de Murdoch como rey de los medios en declive. Muestra de ello es que el sistema de televisión vía satélite que ha reunido en veinte años de duro trabajo podría venirse abajo en breve como consecuencia de intentos de otras compañías de competir fuertemente contra él, e incluso de arrebatarle a Murdoch importantes porcentajes dentro de su propia empresa como por ejemplo John Malone, multimillonario de la industria de la televisión por cable.

Al mismo tiempo, “los analistas de Wall Street -como indica Rik Kirkland en su artículo para Foreign Policy- no comparten la visión que tiene la opinión pública del enorme poder de Murdoch”. A principios de mes informó el cierre de su primer semestre fiscal con una pérdida neta de 5.902 millones de dólares, incluidos cargos extraordinarios, frente a una ganancia de 1.564 millones en igual periodo del ejercicio anterior. Si las pérdidas de News Corporation siguen incrementándose, Rupert pronto podría ser “el más poderoso coloso de los medios de ayer” como expresa Kirkland. Pero allegados al “gran visionario” reconocen que aún tiene muchos “ases guardados en la manga” por lo que habremos de esperar al futuro para ver si el dominio informativo e influencia de Rupert Murdoch se mantendrá otras veinte décadas más o si por el contrario, con una nueva generación de la familia Murdoch vendrá la caída de este gran Imperio comunicacional que bien seguro “creará escuela”.
0 Responses

Publicar un comentario