
Está situado en un impresionante edificio de arquitectura contemporánea a medio camino entre la Casa Blanca y el Capitolio y atesora quinientos años de periodismo: 35.000 primeras páginas de periódicos históricos a lo largo de 500 años; 3.800 imágenes, incluidas fotos, historietas y gráficos; 1.638 pases de prensa y 1.000 primeras páginas de periódicos históricos y revistas, accesibles a través de 10 stands interactivos.
El director ejecutivo del Newseum, Joe Urschel, explicó en su apertura a la Agencia EFE que el objetivo de este museo es “ayudar a la gente a entender mejor el papel de una prensa libre”. Como muestra de su misión, una enorme placa de 50 toneladas de mármol Tennessee en su fachada reproduce el texto de la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que defiende la libertad de prensa, expresión y religión, así como el derecho de reunión. Y no se duda en recordar a los visitantes que la guerra civil estadounidense (1861-1865) fue la primera ocasión en la que un gran número de reporteros independientes cubrió la misma historia. Como explica EFE en su artículo, dentro del museo también queda claro el mensaje: “Las noticias son necesarias para que la democracia funcione”, apunta una de las leyendas inscritas en el interior de la construcción que incluye 14 salas de exhibiciones, librerías, tiendas, 25 teatros, restaurantes, monumentos a los mártires del periodismo en el mundo y exhibiciones didácticas donde se divulgan las noticias del mundo junto a las portadas diarias de 51 países de todos los continentes. Los diarios españoles presentes en Newseum son: Diario de Burgos, El Mundo, El País, La Vanguardia, Público, El Punt (Barcelona), Avui (Barcelona), El punt (Tarragona) y Granada Hoy.
La pieza más antigua en exhibición tiene 3.262 años y es una piedra con escritura cuneiforme. Sin embargo, las piezas más abundantes en el museo son documentos pertenecientes a la historia de los Estados Unidos: desde fotografías del famoso caso de espionaje político conocido como Watergate, que destapó el diario The Washington Post y que costó la presidencia a Richard Nixon; hasta otros recortes de periódicos y crónicas televisivas que dan cuenta de eventos más recientes, como los atentados del 11 de septiembre del 2001.

Así mismo, “hay espacio para la autocrítica, al dejar constancia de errores, plagios, coberturas tendenciosas y otros pecados de la profesión” y el museo mira también al futuro en su sala de periodismo digital, en la que se muestra el imparable avance de las nuevas tecnologías y su profundo efecto sobre el ciclo informativo.
No obstante, no cabe duda de que una de las mayores atracciones para los visitantes son los sets de Televisión, radio y prensa donde pueden jugar a ser reporteros por unos momentos así como grabar videos, audios e imprimir. Tampoco podemos olvidar las interesantes exposiciones temporales que se celebran para conmemorar aniversarios históricos tales como la llegada del hombre a la luna, o actos especiales relacionados con grandes eventos informativos como por ejemplo las elecciones norteamericanas.
Por último, no hay museo que se precie que no tenga su propia tienda de regalos y el Newseum no podía ser menos. Entre los curiosos objetos que se pueden comprar destacaría los documentos históricos como las copias de la Declaración de Independencia, la Bill of Rights o la portada del NY Tribune anunciando el hundimiento del Titanic. Sin embargo, lo más vendido del museo son las no menos originales tazas y camisetas con leyendas tan “periodísticas” como las siguientes: “Trust me…I´m a reporter”, “Not tonight dear…I’m on deadline” o “Boys lie, evidence doesn’t”.
Para aquellos que no pueden visitar in situ el museo informarles de que puede ser visitado virtualmente desde su sitio oficial http://www.newseum.org//.
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