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El último trabajo del afamado escultor británico Antony Gormley ha provocado un gran revuelo entre la población neoyorquina, hasta el punto de que la policía de la ciudad norteamericana tuvo que atender a un centenar de llamadas de ciudadanos. Estos se mostraban seriamente preocupados porque creían haber visto personas en las azoteas de los edificios dispuestas a saltar al vacío. Afortunadamente, no se trataba de un suicidio colectivo sino de 31 esculturas humanas de tamaño natural realizadas por Antony Gormley. 

Precisamente, este genial artista inglés centra su obra en en el cuerpo humano como sujeto, objeto y lugar. Al tomar el cuerpo como punto de partida, sus esculturas exploran los modos en los que nos orientamos espacialmente: cómo reaccionamos cuando nos desorientamos, cómo nos relacionamos con la arquitectura y con el entorno construido.

En esta ocasión, las figuras -fabricadas en hierro y fibra de vidrio- se instalaron en calles, aceras y  tejados de los edificios que rodean Madison Square Park como parte de una exposición al aire libre titulada Event Horizon, que comenzó el pasado 26 de marzo, y que ya se había podido ver en Londres. A pesar de que las autoridades avisaron previamente sobre la exposición a los residentes de la zona, no pudieron evitar la alarma social, especialmente porque el emplazamiento de la exhibición coincide con el lugar en el cual recientemente se había producido el suicidio de un estudiante de la Universidad de Yale. 

Si tienes ocasión de visitar próximamente la ciudad de Nueva York, no olvides mirar al cielo: el arte invade también los tejados. 
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