MIAL
En 1945, Salvador Dalí realizó un acuerdo con la compañía Disney para llevar a cabo un proyecto conjunto en forma de corto de animación. El fruto de esta prometedora colaboración sería Destino, empleando el título homónimo de su banda sonora, compuesta por el mexicano Armando Domínguez. Sin embargo, con el storyboard y la historia ya escritos, y las pinceladas del pintor surrealista preparadas, la película no pudo realizarse por los graves problemas económicos que atravesaba tras la Segunda Guerra Mundial la empresa de Walt Disney. 

Sería más de medio siglo después, en 1999, cuando el sobrino del magnate de la animación, Roy Edward Disney, decidiera recuperar el original trabajo. Los estudios de Disney en Francia junto al director Dominique Monfrey  fueron los encargados de descifrar el críptico guión gráfico de Dalí y del artista del estudio Disney, John Hench, guiados por este último y con la ayuda del diario de Gala, la mujer y musa del pintor español. 

El resultado final, terminado en 2003, es un corto de algo más de seis minutos de duración en el que se nos cuenta la historia de amor entre Chronos y una bailarina mortal, todo ello ambientado en un escenario al más puro estilo dalisiano. Todas las características propias de su obra y del movimiento artístico que representa (el simbolismo, el principio de discordancia, lo onírico, etcétera.) se nos muestra desde una nueva perspectiva: la audiovisual. En definitiva, una auténtica obra de arte en la que el paraíso surrealista del genial artista cobra vida para deleitar a sus más fervientes admiradores. 

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